JESÚS, CONOCE A ESTHER
(II PARTE)
(2-04-2017)
La princesa Esther llegó a su nuevo país. La única persona que la esperaba era Jesús, la tomó en sus brazos, le sopló a su rostro y le dio vida, venia cansada de luchar, cansada de una vida terrenal de tristeza y dolor. Él le ofrece la nueva patria Celestial. Una tierra llena de colores, sus habitantes, todos aman, alaban al Rey de Reyes, y Señor de Señores.Están vestidos de la unción del Altísimo. Hijos del Rey, Soberano del Universo.Ella es una joven investigadora, llena de sabiduría que su Padre le ha conferido para calmar sus deseos de superación y crecimiento en sus Decretos y Testamentos. La han instruido diversos tutores y ayos para que ayude a su pueblo a recuperar su estima y valía, su raza es poderosa porque desciende de un pueblo otrora humillado y saqueado, que estuvo miles de años de esclavitud, 430 años de cautividad le bastaron a los hebreos, salir de la primera esclavitud ancestral. La segunda esclavitud, se la ganarán por fe y la Gracia. Los hebreos ahora tienen que perseverar en ruegos y peticiones, a través del nombre sobre todo nombre, Jesús, el Hijo, procreado por El Rey del Universo Sideral, el Creador, quien tendió sus redes ínter galácticas para oír todo lo que el pueblo hablaba, de las tradiciones orales y escritas que había hecho Jacob a sus hijos, los que tuvo con Lea. Recogió las tiendas y se fue con su prole, ellos le revelaron la verdad que su hijo José, vivía, ellos lo habían vendido, así como fue vendido, Jesús, por el traidor.
Jacob, llevó todo ese legado escrito para entregárselo a su hijo José, quien ocupaba un puesto importante en la vida económica y social en el país de los egipcios. Jacob, pensaba que el hijo tenido de su gran amor con Raquel, su segunda esposa, había fallecido. Dios, Jehová, le tenía una gran noticia, que le devolvería la alegría a su corazón, a su alma y mente. En tierra egipcia, tierra de idolatría, llevó Jacob, todo la verdad revelada a los que serían las futuras generaciones de Sión. Y, encomendó a José para que los documentos los guardara y no los dejara perder. Al morir Jacob, sus doce hijos conformarían las 12 tribus de Israel y los otros 12, serían cada uno de los apóstoles que acompañarían al nuevo Profeta que nacería de la mujer Virgen. Los 24 ancianos que se sientan en el Trono, son los escogidos para juzgar a todos los habitantes terrícolas, conjuntamente con los hijos que perseveren hasta el final para llevarse la Gran Corona de la meta establecida, la Nueva Jerusalén. Esther, lee continuamente, la herencia bendita, dejada por los antiguos, todo el hermoso legado que le dejó su Padre, el Rey. Al principio, cuando era una niña e iba a la escuela, con su padre Pedro, quien la llevaba, en su automóvil azul claro, no sabía que esa forma de expresión y la gracia que Dios le había dado para cuando fuera una adulta la transmitiera a las futuras generaciones y conformara la "Gran Comisión", otra herencia del Nuevo Testamento, dejada por su hermano Jesús, el Mesías, conjuntamente con sus hermanos y hermanas en el Espíritu Santo.
El Rey le ha dicho, que el camino angosto de Jesús, es la única puerta disponible para entrar a la Presencia del Santísimo Lugar. Ahora, Esther, le pregunta a su pueblo: ¿Habrá alguno que desee caminar ese camino estrecho para entrar a los Atrios Santos? ¿Habrá alguno que anhele conocer al Rey de Reyes?¿Habrá alguno que ame al Señor Jesús y deje todo por Él?
Estoy segura, que muchos responderán con un Amén.
¡Gloria a Dios!