MIRADAS A LA LLUVIA
by// Damelys María Martínez Rosillo
Florecita mira la lluvia y sonríe. Su sonrisa radiante por la primavera asomada, le recuerda a su madre Blanca, la señora acicalada que veía al regresar de la escuela donde estudiaba.
Dibujó un corazón y un beso en el aire y se los envió.
Abre sus pensamientos al recuerdo de esa llamada dulce como la miel de los campos floridos.
Una rosa y un pincel es todo lo que tiene en su mano para aquella mujer que todavía vive, pero no está cerca.
Abre la gaveta de madera y saca un pañuelo con un perfume olor a madre, color a madre, sabor a madre.
Florecita tiene en sus manos un bello poema que escribe garabateado ¡Te amo, madrecita!
Revisa la despensa y hace una pequeña torta con sus manitas rosadas, con uñas impecables.
Bate los huevos que tomó de la gallina ponedora de ayer en su traspatio, el azúcar semejante a la blancura del pico Bolívar con sus águilas montadas en el azul cielo-estelar. Sólo bate esos ingredientes porque la mantequilla escarcha y melcocha la torta. Agrega, un poco de harina, y vuelve a batir, coloca el recipiente en el horno, al rato sale la torta, toda volteada. Intenta hacer una crema dulce para agregar y quitarle el defecto, lo logra.
Sale al jardín y toma pétalos fucsia y se los coloca de un lado, y del otro, con la punta del tenedor escribe ¡Madre linda!
Luego, la guarda en la nevera. Saca su cuaderno rosado con dibujos geométricos, y pinta con nostalgia un gran corazón lleno de amor, lo rellena con el color rojo de la manzana- pomalaca que sacó del refrigerador.
Arranca la hoja con mucha delicadeza, y hace un aeroplano y la lanza lejos, la echa a volar y dice:
¡Vuela corazón! ¡Vuela hoja de amor!
Jesús, llévale este mensaje de amor a mi amada madre.
Aquella madrecita que solo espera un gesto de amor.
Aquella madrecita que solo espera unas pantuflas para descansar sus bellos pies.
Florecita, ahora ya está grande y sabe lo qué es el amor de madre.
Una madre es como un corazón lleno de amor para todos los días.
¡Te amo, madre!
Dios de Israel, te cuide y te ayude a superar el dolor que ahora vives.
Tu hija, ahora madre, comprendo por qué me cuidabas tanto.